La operación se anunciaba a través de sitios web que se hacían pasar por servicios de fotografía de desnudos, donde los hombres pagaban entre 350 y 600 dólares la hora por servicios sexuales.
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Una mujer de Massachusetts acusada de dirigir una red de burdeles de lujo con clientes destacados en el estado y los suburbios de Washington, D.C., se declaró culpable en un tribunal federal el viernes (27 de septiembre).
Han Lee, de 42 años, y dos coacusados fueron acusados de conspiración para persuadir a personas a viajar a través de fronteras estatales para prostituirse y lavar dinero.
Lee inicialmente se declaró inocente, pero cambió eso durante la comparecencia ante el tribunal el viernes. Permanece bajo custodia y enfrenta hasta 25 años de prisión por los dos cargos de delitos graves.
James Lee de Torrance, California, y Junmyung Lee de Dedham, Massachusetts, también fueron acusados en relación con la red de burdeles.
La operación estaba dirigida a clientes de élite.
Las autoridades dicen que la red de burdeles, activa desde 2020 hasta noviembre de 2023, tenía como objetivo clientes bien conectados, incluidos políticos, ejecutivos de empresas, oficiales militares, abogados y profesores.
Los fiscales no han nombrado públicamente a ninguno de los compradores y nadie ha sido acusado, aunque algunos han apelado a mantener sus identidades en privado. El fiscal interino de Massachusetts, Josh Levy, dijo que los fiscales están comprometidos a responsabilizar tanto a quienes participaron en la operación como a quienes impulsaron la demanda.
Los burdeles estaban ubicados en apartamentos de alquiler de lujo en Massachusetts y Virginia, incluidos Watertown y Cambridge, Massachusetts, y Tysons y Fairfax, Virginia.
La operación se publicitó a través de sitios web que se hacían pasar por servicios de fotografía de desnudos, donde los hombres pagaban entre 350 y 600 dólares la hora por servicios sexuales.
Ingresos ocultos y reclutamiento
Los fiscales alegan que Lee ocultó más de $1 millón en ganancias al convertir efectivo en giros postales y usar otros métodos para disfrazar los ingresos.
También reclutó mujeres para trabajar en los burdeles y le pagó a su socio, Junmyung Lee, hasta 8.000 dólares al mes para gestionar las reservas y traer mujeres a los burdeles.
Han Lee afirmó que no controlaba a las mujeres, pero admitió haberlas persuadido a viajar a través de las fronteras estatales para prostituirse. Los fiscales dijeron que las mujeres no fueron acusadas penalmente y fueron consideradas víctimas en el caso.
Las autoridades reunieron pruebas de declaraciones de testigos, vigilancia física y comunicaciones electrónicas, así como registros y teléfonos incautados en burdeles.
Según documentos judiciales, los acusados crearon reglas internas para garantizar que las mujeres mantuvieran un perfil bajo en los edificios donde operaban los burdeles.
Sistema de verificación de clientes
La operación del burdel requería que los clientes se sometieran a un proceso de verificación antes de reservar citas. Se pidió a los clientes que proporcionaran información personal, incluidos nombres completos, números de teléfono, empleadores y referencias.
Los acusados también mantuvieron números de teléfono separados para cada burdel, utilizados para enviar a los clientes menús de mujeres y servicios disponibles junto con direcciones a los lugares, dijeron los investigadores.
La sentencia de Han Lee está prevista para el 20 de diciembre.
Con aportes de agencias