Un traficante de drogas del Bronx cuyo uso de la guardería de su esposa como un alijo secreto de fentanilo que resultó en la muerte de un niño de 22 meses y casi mata a otros tres niños pequeños, cumplirá 45 años de prisión por el incidente de septiembre de 2023 que horrorizó a la ciudad, dictaminó un juez de Manhattan el miércoles.
El exorbitante plazo que le dieron a Félix Herrera García A más de un año de la muerte de Nicholas Feliz-Dominici en el vivero Divino Niño en Kingsbridge.
El juez federal de Manhattan, Jed Rakoff, dijo que las acciones de Herrera García no sólo representaban un “grave riesgo” para “los lamentables bebés inocentes que fueron envenenados y, en un caso, asesinados”, sino también para las personas que la rodeaban a quienes vendía la droga altamente potente. que según el gobierno es la principal causa de muertes por sobredosis en los EE. UU.
Sam Costanza para el New York Daily News
Se ve a la policía en la guardería Divino Nino, ubicada en 2707 Morris Avenue, el viernes 15 de septiembre de 2023. (Sam Costanza para New York Daily News)
Herrera García, de 35 años, estuvo fuera de la fábrica de medicamentos de la guardería desde al menos octubre de 2022 hasta la muerte del niño, según registros judiciales. Se declaró culpable en junio de posesión con intención de distribuir narcóticos mortales que provocaron la muerte y cargos de conspiración relacionados.
En documentos judiciales presentados antes de la sentencia, los fiscales federales describieron cómo Herrera García y sus presuntos cómplices –su esposa Grei Méndez, su primo Carlisto Acevedo Brito, Renny Parra Paredes y Jean Carlo Amparo Herrera– pusieron a los niños en grave riesgo al usar los mismos utensilios de cocina utilizados. preparar comida en la guardería y envasar medicamentos.
Sabían que las drogas representaban un riesgo grave para los niños o lo ignoraban, dijeron los federales, ya que ellos mismos habían sufrido “repetidos ataques de vómitos debido a la exposición a las drogas” mientras manipulaban las sustancias peligrosas.
EL ocurrió un incidente perturbador después de que Méndez alimentara a los niños y los acostara a dormir una siesta después de sus actividades matutinas. Uno fue atrapado por su madre y los demás permanecieron dormidos. Cuando Méndez los revisó horas después, no respondieron y ella llamó a su esposo y luego al 911, escribieron los fiscales.
Herrera García llegó antes que las ambulancias, entró corriendo a la guardería por la puerta principal y salió dos minutos después cargando dos mochilas llenas de droga. Todo el tiempo los niños permanecieron inconscientes en el suelo.
Médicos del Centro Médico Montefiore en Norwood “frenéticamente” intentó salvar al bebé Nicholas.
“El médico de urgencias que trató (a Nicholas) y luego informó a los padres (de Nicholas) de su muerte describió esta experiencia como una de las peores de su vida”, describen los documentos judiciales.
Los otros niños (un niño de 2 años que sufrió graves lesiones corporales y un niño pequeño y otro de 8 meses que fueron envenenados) se salvaron después de que los médicos les administraran Narcan.
Los agentes que registraron la guardería encontraron un ladrillo de fentanilo de un kilo de tamaño y dos prensas. Días después, debajo de alfombras y cunas donde jugaban los niñosMientras comían y dormían la siesta, se descubrieron dos trampillas que escondían más de 11 gramos de fentanilo y heroína.
Herrera García huyó a la casa de un amigo en el Bronx y luego se embarcó en un viaje de dos semanas a través de Estados Unidos hasta México, donde las autoridades locales lo expulsaron. Fue arrestado en California y luego extraditado a Nueva York.
Los fiscales solicitaron una sentencia de cadena perpetua, argumentando en documentos judiciales que había causado “un daño y un dolor tremendo” al traficar con la droga mortal “a pesar de saber que había matado a su propio hermano y creer que había enviado a su propio hijo al hospital. “
En una emotiva declaración ante el tribunal, traducida por un intérprete de español, Herrera García pidió disculpas a las víctimas y sus familias.
“Tengo pesadillas sobre lo que pasó ese día”, dijo, afirmando que permaneció en el lugar hasta que escuchó las sirenas. “Estaba preocupada por los niños”.
Herrera García es la primera persona acusada del caso que se enfrenta a la justicia. Su esposa y su prima se declararon inocentes. Parra Paredes y Amparo Herrera se declaró culpable de cargos relacionados y a la espera de sentencia.
“Este caso demuestra el alcance mortal de la epidemia de fentanilo y el trágico daño colateral que inflige a las vidas de los estadounidenses”, dijo el fiscal federal de Manhattan, Damian Williams, en un comunicado.
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