En su primer discurso ante la reunión anual de líderes mundiales de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Masoud Pezeshkian utilizó un tono algo más mesurado que el que han utilizado sus predecesores en los últimos años.
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El nuevo presidente de Irán señaló el martes a los líderes mundiales que quería abrir un capítulo “constructivo” en las relaciones internacionales de su país, pero dejó claro que todos los demás, incluido Estados Unidos, deben hacer su parte.
En su primer discurso ante la reunión anual de líderes mundiales de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Masoud Pezeshkian utilizó un tono algo más mesurado que el que han utilizado sus predecesores en los últimos años.
“Mi objetivo es sentar una base sólida para la entrada de mi país en una nueva era, posicionándolo para desempeñar un papel eficaz y constructivo en el orden global en evolución”, dijo Pezeshkian, un cirujano cardíaco que se ha presentado como reformista. Asumió el cargo en julio.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, abrió el mes pasado la puerta a nuevas negociaciones con Estados Unidos sobre el rápido avance del programa nuclear de su país, y dijo al gobierno civil de Irán que “no había ningún daño” en dialogar con su “enemigo”. Estados Unidos, bajo el liderazgo del expresidente Donald Trump, se retiró en 2018 de un acuerdo que Irán firmó con varias naciones occidentales para reducir su programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones.
Aún no está claro cuánto margen de maniobra tendrá Pezeshkian, especialmente porque las tensiones siguen siendo altas en el Medio Oriente en general por la guerra entre Israel y Hamás y mientras Estados Unidos se prepara para las elecciones presidenciales de noviembre.
Pezeshkian, al igual que los presidentes iraníes anteriores a él, tuvo duras palabras para Israel el martes. Acusó a la nación de “atrocidades”, “colonialismo”, “crímenes contra la humanidad” y “barbarie desesperada” mientras lucha contra Hamás en Gaza e intercambia disparos con Hezbolá en el Líbano. Irán apoya a ambos grupos militantes.
Los intensos bombardeos israelíes contra el Líbano en los últimos días “no pueden quedar sin respuesta”, afirmó. Añadió que las consecuencias recaerían sobre los gobiernos que, según él, estaban socavando los esfuerzos para poner fin a la “catástrofe” en el Medio Oriente mientras se autodenominaban defensores de los derechos humanos, una aparente referencia a Estados Unidos y las potencias occidentales aliadas.
Washington ha intentado, junto con Egipto y Qatar, convencer a Israel y Hamás de que acepten un acuerdo de alto el fuego. Pero ha sido difícil de alcanzar y ahora los acontecimientos en el Líbano corren el riesgo de complicar aún más los esfuerzos.
Dirigiéndose directamente al pueblo estadounidense, Pezeshkian enumeró una serie de quejas iraníes –desde las sanciones hasta el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en 2020 en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses de la era Trump– y luego instó a “todos los estados que siguen una estrategia contraproducente hacia Irán” a “ aprender de la historia”.
“Tenemos la oportunidad de trascender estas limitaciones y entrar en una nueva era. Esta era comenzará con el reconocimiento de las preocupaciones de seguridad de Irán y la cooperación en desafíos mutuos”, dijo, haciendo un nuevo llamado a aliviar las sanciones.
“Espero que hoy se escuche atentamente este mensaje de Irán”, concluyó el nuevo presidente.
No hubo respuesta inmediata de Estados Unidos o Israel.