La cara más dura de la vida, vuelve a firmar un nuevo episodio en nuestra ciudad. El pasado jueves 16 de febrero, Fátima fue desahuciada de su hogar.
Todo desahucio mueve olas de indignación y tristeza a partes iguales, pero cuando los que lo sufren son niños pequeños, el sentimiento de impotencia es aún mayor. Fátima, madre de familia de dos niñas de siete y cinco años y víctima de la violencia de género, ha tenido que dejar su hogar.
Desalojo multitudinario con apoyo de la PAH
Las PAH (Plataformas de Afectados por la Hipoteca) de Getafe, Carabanchel y el propio Parla, además de vecinos, amigos y familiares de la mujer, trataron de frenar un desahucio que finalmente terminó por hacerse efectivo tal y como temían las más de 50 personas que se dieron cita en la calle Río Duero, número 23. A la tercera fue la vencida, y es que consiguieron pararlo en dos ocasiones anteriores.
Fátima, quien trató acogerse a un alquiler social y fue denegado por Bankia, tuvo que abandonar su casa con más de 10 policías velando para que el desalojo se produjera, aunque no pudieron evitar que la tensión de los presentes diera lugar a un balance de varios heridos.
Según el abogado de Fátima, el Ayuntamiento de Parla pagará durante unos días un hotel para que Fátima y sus hijas puedan tener un techo provisional bajo el que dormir. Sin embargo, el propio abogado también denuncia que la ciudad no cuenta con viviendas sociales para acoger este tipo de casos en los que hay menores implicados.
Los manifestantes, además de acudir al momento del desalojo, se encerraron también en la sede de Bankia de la capital madrileña, para manifestar su descontento con este hecho que se ha saldado con tres personas que se han quedado sin hogar.
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